Bueno, mañana llega el día.
Hay en el ambiente un montón de sensaciones y una ansiedad más que importante por cruzar el lago y comenzar el desafío.
Ya está todo el equipo. La prueba de vestuario, las piquetas del abuelo, las sogas, las botas lustradas y la comida lista.
Allá nos espera la montaña y nos espera ese mítico refugio que tanto el abuelo Meier y su amigo Diem, junto con otros históricos personajes de la región (Meiling, Hensel y Tutzauer) ayudaron a construir.
Mañana a la noche, un guiso en la cocina económica seguramente nos transporte 80 años para atrás y quizás el abuelo y el resto levanten con nosotros la copa para festejar tamaño evento. Y esta idea la verdad me motiva y mucho y espero los contagie.
Se prendieron al desafío muchos amigos que como nosotros se contagiaron de ese espírituo aventurero que tenían los abuelos hace casi de 80 años atrás.
A ellos y a todos los que nos suman palabras de aliento y ánimo, gracias, miles y millones de infintas gracias.
Los mantendremos informados de lo que va pasando allá arriba.
Saludos a todos y gracias nuevamente por estar cerca!
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